
El sector de la piscina y su apuesta por el ahorro de agua ante la escasez hídrica
Por: Redacción Piscinas HOY
En un verano marcado por las continuas olas de calor y la ausencia de agua provocada por la sequía, ha surgido en distintos medios de comunicación general el debate sobre el creciente número de piscinas en España y el posible despilfarro del uso del agua que se hace de ellas en situaciones de falta de agua como la actual. En este artículo se repasan los datos del Catastro en número de piscinas y su ratio por habitante y cómo el sector profesional de la industria de la piscina aporta, siempre, su valor añadido a favor del ahorro del agua y el cuidado del medio ambiente.
Según datos del Catastro, y sin incluir Navarra y País Vasco que tienen competencias propias en este ámbito, en España existen más de 1.266.000 piscinas -el 99% de ellas al aire libre y el 1% cubiertas-, lo que supone una media de una por cada 37 habitantes, según recoge la agencia Efe. Tal cantidad de piscinas supone un gasto de agua que propicia que sean recogidas habitualmente en los planes de las administraciones para períodos de sequía o escasez, prohibiendo su llenado u obligando a reutilizar el agua de un año a otro.
Tomando como media una piscina de 4 x 8 metros y 48.000 litros de capacidad, llenar todas esas piscinas requiere 60,77 hm3, lo que equivale al 0,1% de la capacidad de los embalses (56.136 hm3) y al 2,6 % del consumo de los hogares españoles (alrededor de 133 litros por persona y año en 2020, según el INE). Desde la patronal del sector, ASOFAP, han destacado a Efe que actualmente en España las piscinas tienen un consumo de agua global mucho menor que hace años, debido a que la antigua práctica del vaciado-llenado anual es ahora residual, gracias a los tratamientos de agua que se realizan.
El sector profesional de la industria de la piscina debe aportar, siempre, su valor añadido a favor del ahorro del agua y el cuidado del medio ambiente, y más sabiendo que España es un país con déficit hídrico
Piscinas, territorio y población
Baleares (una piscina por cada 17 habitantes), la Comunidad Valenciana (una por cada 21 habitantes) y Castilla y León (una por cada 25 habitantes) son los territorios con más piscinas en relación a su población. Les siguen Andalucía (28), Murcia (30), Extremadura (34), Cataluña (40), Madrid (49) y Castilla-La Mancha (50), La Rioja (61), Galicia (67) Aragón (71) y Canarias (86). Donde menos piscinas hay es en el norte, con Cantabria (una por cada 140 habitantes) y Asturias (258), así como en Melilla (356) y Ceuta (585).
En cuanto a la ubicación de las piscinas, de las más de 1,2 millones de piscinas registradas, 300.754 (el 23,7%) están en Andalucía; 245.082 (19,36%) en la Comunidad Valenciana; 192.909 (15,25%) en Cataluña; y 137.913 (10,89%) en la Comunidad de Madrid.
Por municipios, Madrid cuenta con 13.842, que supone solo una por cada 238 habitantes; Córdoba, con 11.538, una por cada 28; y Marbella (Málaga), con 10.662, una por cada 14. Entre los 10 primeros municipios están también Murcia con 9.321; Chiclana de la Frontera (Cádiz) con 9.117; Xàbia (Alicante) con 9.097; Elche (Alicante) con 8.329; Mijas (Málaga), con 8.113; Orihuela (Alicante) con 7.092; Pozuelo de Alarcón (Madrid) con 6.649; Palma con 6.363; Málaga con 5.886; Torrent (Valencia) con 5.857; Rivas-Vaciamadrid (Madrid) con 5.436; Llíria (Valencia) con 5.383; Denia (Alicante) con 5.014; Calvià (Baleares) con 4.934; Alhaurín de la Torre (Málaga), con 4.835; Sant Cugat del Vallès (Barcelona) con 4.832 y Carmona (Sevilla) con 4.790.

Más de 4.000 piscinas tienen también Alicante (4.771); Molina de Segura (Murcia) (4.748); las ciudades alicantinas de Teulada (4.725), Torrevieja (4.675), Rojales (4.671) y Calp (4.648); L’Eliana (Valencia) (4.628); Alcalá de Guadaíra (Sevilla) (4.460); Las Rozas de Madrid (Madrid) (4.444); Dos Hermanas (Sevilla) (4.434); La Pobla de Vallbona (Valencia) (4.392); Cartagena (Murcia) (4.339); Chiva (Valencia) (4.272); Zaragoza (4.258); Estepona (Málaga) (4.225); Llucmajor (4.131) y Marratxí (4.112) en Baleares; Benissa (Alicante) (4.051) y Jaén (4.033).
Otros 15 municipios tienen entre 3.000 y 4.000 piscinas, 53 entre 2.000 y 3.000, 197 entre 1.000 y 2.000, 290 entre 500 y 1.000, 411 entre 250 y 500, 658 entre 100 y 250, 640 entre 50 y 99, 1.927 entre 10 y 49, y 2.611 menos de una decena. De estos últimos, en 527 solo hay un afortunado propietario con piscina
Y más datos. De los 100 municipios con más piscinas, 33 son valencianos, 20 andaluces, 12 catalanes, otros 12 madrileños, 10 baleares, seis murcianos, tres castellano-manchegos y uno aragonés, canario, extremeño y gallego. Por provincias, 16 de esos primeros 100 municipios son de Alicante, 15 de Valencia, 12 de Madrid, 10 de Baleares, nueve de Málaga, seis de Murcia, cinco de Sevilla, cuatro de Barcelona, Cádiz, Girona y Tarragona, dos de Castellón y uno de Albacete, Badajoz, Córdoba, Guadalajara, Jaén, Las Palmas, Pontevedra, Toledo y Zaragoza.

Abastecimiento de piscinas
Estos datos han llevado a distintas administraciones a pensar en la necesidad de censar el número de piscinas, no solo como medida a las ordenanzas municipales sobre la sequía, sino también para conocer cuánta agua hay en esas piscinas y evitar derroches en el uso de agua, y no limitar por ley su consumo ante problemas de abastecimiento. Por ejemplo, en Córdoba capital se preguntan de dónde sale el agua que llena las más de 11.500 piscinas, teniendo en cuenta la expansión del fenómeno parcelista en la periferia de la ciudad y que solo hay un pozo legal por cada 10 piscinas.
Según un estudio del arquitecto José Carlos Rico, recogido por Radio Córdoba, y asumiendo que todas las piscinas tengan un tamaño medio de 40 m2 (8 x 5 metros) y una profundidad de 1,20 metros, “para llenar las piscinas de Córdoba son necesarios 680.000 m3 de agua. Si es una cantidad mayor o menor de agua depende con qué se compare. Según el arquitecto, “con lo que gastamos en abastecer de agua los campos de regadío de la provincia de Córdoba durante un año tendríamos para llenar las 11.528 piscinas unas 900 veces. Pero si lo comparamos con el total del agua suministrada por Emacsa -empresa municipal de agua- durante el mismo periodo, el gasto de llenar estas piscinas supone el 8% del total». Más que la cantidad de agua necesaria para llenar (y rellenar) las piscinas del término municipal de Córdoba, el problema medioambiental es el de saber de dónde sale toda esa agua. Los datos analizados por José Carlos Rico demuestran un desequilibrio “escandaloso» entre el número de piscinas y el número de captaciones legales de agua (pozo o sondeo dado de alta en el registro de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir). Según Rico, no todas las piscinas se llenan de la red de Emacsa, sino de pozos ilegales, agotando así las reservas de agua.

Piscinas ilegales: un verdadero problema
Se debe recordar que aunque las piscinas enterradas deben solicitar licencia de construcción, siendo una manera de controlarlas, la realidad es otra. Y también que están obligadas a registrarse por salud pública todas las piscinas de uso público (las de hoteles, gimnasios, bloques de vecinos, instalaciones deportivas o las municipales) para facilitar los controles sanitarios. Por todo ello, con casi total seguridad hay más piscinas en España de las que ofrece el Catastro.
Por tanto, el verdadero problema en el caso del catastro no es cómo se llenan esas piscinas, sino por qué hay piscinas ilegales. Un artículo en El País señala que en los últimos años se han multiplicado las inspecciones municipales para detectar irregularidades por cerramientos o pequeñas construcciones, entre las que se incluyen las piscinas. E Plan de Regularización Catastral, puesto en marcha por el Ministerio de Hacienda entre 2014 y 2018, es decir no actualizado a día de hoy, se saldó con más de tres millones de expedientes abiertos en toda España por cerramientos, nuevas construcciones o ampliaciones de viviendas sin legalizar.
En un país con escaso control de las propiedades, pese a que han aumentado las inspecciones para el control de irregularidades de pequeñas construcciones, siguen habiendo piscinas ilegales, a las que se debe hacer frente
Por poner solo un ejemplo, recogido en este caso por El Confidencial, la Dirección General del Catastro detectó al menos 11.500 piletas sin declarar en los 179 municipios de la Comunidad de Madrid. El municipio donde más piscinas ilegales se encontraron fue Daganzo de Arriba, una localidad con poco más de 10.000 habitantes. De todas las irregularidades halladas en Daganzo, las piscinas suponen más del 64%. Después aparecen Meco (63%) y Cobeña (60%).
Aunque depende de la legislación urbanística vigente en cada comunidad autónoma, la sanción por la construcción ilegal de una piscina puede oscilar de los 1.200 hasta los 2.000 euros de media. De ahí que en caso de inspección el infractor suele recurrir a la legalización de ese espacio antes que su demolición. El problema radica, en muchos casos, que las piscinas ilegales están construidas en viviendas unifamiliares, parcelas individuales en urbanizaciones, en áreas residenciales o en suelos rústicos, lo que dificulta su detección pese a que las tareas de inspección son cada vez mayores y las herramientas (GIS, drones…) cada vez mejores.

El caso de Francia
Recientemente, las autoridades francesas han descubierto más de 20.000 piscinas privadas no declaradas gracias a la información obtenida mediante un experimento con inteligencia artificial. Se trata de un software desarrollado por la compañía Google y la consultora francesa Capgemini, que detecta piscinas a través de imágenes aéreas, evidenciadas las ilegales durante un experimento en octubre del año 2021 en nueve regiones francesas: Alpes-Maritimes, Var, Bouches-du-Rhône, Ardèche, Rhône, Haute-Savoie, Vendée, Maine-et-Loire y Morbihan. Según las fuentes, este engaño equivaldría económicamente unos 10 millones de euros. Francia es el primer país europeo en número de piscinas, con un parque que supera los 3 millones de unidades, si bien este verano también está afrontando una sequía que ha dejado a más de 100 municipios sin agua potable.
Esta especulación de la España de las piscinas queda reflejada en el fotolibro Una piscina geopolítica, de Diego Abellán y Joaquín Lucas, dos arquitectos que llevaron a cabo una profunda investigación sobre este tema a finales del 2019 en la Vega Baja valenciana y que se ha materializa en este 2022 de la mano de Jaime Sebastián y Rubén Montesinos, editores de Handshake. Esta investigación revela información no solo de las piscinas en esa zona, sino también del valor especulativo del suelo, las políticas territoriales, las huertas tradicionales, los suelos desplazados, las prácticas hedonistas, la segunda vivienda y del turismo. Según los editores, “nos encontramos en un territorio que se ha transformado en los últimos 50 años. Si el agua tradicionalmente se ha utilizado para el regadío de huertas, la tendencia en las últimas décadas ha sido la de utilizarla también para el disfrute privado. La piscina privada como símbolo de estatus que adquiere, además, la capacidad de ser un marcador del estilo de vida que los promotores proponen y venden en la Vega Baja. Esta zona cuenta con 22.440 piscinas privadas, 1 millón de metros cuadrados de agua para el disfrute privado, 587 km de bordes de piscina o un río de 163 km de longitud si se alineasen todas. Sin embargo, es una de las zonas con más escasez de agua en España.
El sector responde
Con las restricciones de agua ya impuestas en algunos municipios españoles, el debate sobre la idoneidad de las piscinas vuelve a primera línea. No cabe duda que la pandemia del coronavirus ha provocado nuevas situaciones en las familias que derivan en un creciente interés por las viviendas unifamiliares en entornos rurales o alejados de las grandes urbes, a poder ser con piscinas, o comunidades de propietarios con piscinas, evitando así grandes aglomeraciones y apostando por entornos más controlados. Este hecho disparó la demanda de piscinas privadas de nueva construcción: 30.000 unidades en 2021.
La vuelta a la normalidad también favorece la buena marcha de la industria de la piscina, que es proveedora de los productos necesarios para el mantenimiento de las piscinas privadas, públicas y residenciales, así como de los centros de wellness y spa. Así lo reflejan los resultados del Barómetro Sectorial de ASOFAP del primer semestre de este año, según los cuales el sector sigue la misma línea al alza marcada en 2021, cuando el negocio registró un aumento del 10%, y prevé para finales de 2022 un incremento medio anual de la facturación del 6,36%.
Desde el sector profesional de la piscina quiere darse una respuesta de tranquilidad ante esta situación. Sobra decir que el sector está en contra de toda acción ilegal, ya sea en relación a la construcción de una piscina como en su llenado y vaciado. Y no solo eso, sino también que esta industria aporta un valor añadido a las construcciones, reformas o mantenimientos de las piscinas, muchas de ellas relacionadas con el ahorro del agua y energía que conlleva este elemento de ocio.
Destacar que la sostenibilidad se encuentra en el segundo puesto de los principales retos de este sector según marca el Barómetro 2022, solo superado por la formación de sus profesionales. Y añadir también que los productos más demandados a día de hoy son soluciones vinculadas al ahorro de agua y energía y a facilitar el mantenimiento de la piscina (equipos de electrólisis salina, robots automáticos limpiafondos, bombas de calor inverter, cubiertas y cobertores, sistemas de dosificación y control…).

Algunas de las medidas para el ahorro del agua en piscinas y entornos son:
- No vaciar la piscina, pues a no ser que requiera reformas estructurales o internas, puede durar hasta 5 o 6 temporadas con una buena recirculación y mantenimiento.
- Si es necesario vaciar la piscina, se puede reutilizar el agua tras el vaciado del vaso para regar las plantas o el jardín, teniendo en cuenta que el agua debe estar libre de cloro y otros productos químicos.
- Mantener la piscina en óptimas condiciones con un control periódico implica menor gasto de agua y de productos químicos.
- Aprovechar el agua del lavado del filtro para otros usos guardándola en un depósito.
- Ducha de jardín: dotarla de pulsador (paro automático). Llevar el agua hasta el mismo depósito.
- Agua de lluvia: instalar depósito. Es agua directamente apta para regar, para llenar la piscina…
- En piscinas interiores climatizadas. A aprovechar el agua de condensación del equipo de climatización y devolverla directamente a la piscina o para otros usos.
- La calidad de la construcción de una piscina es vital. Las fugas de agua por problemas estructurales y de estanqueidad son dos de los principales motivos por los que una piscina sufre una pérdida excesiva de su agua. Una fuga que pierda una gota de agua por segundo hará perder 8 m3 = 8.000 litros en un año.
- Pérdida por uso (salpicaduras; el agua que se pierde al entrar y al salir de la piscina): diseñar la piscina con la instalación de un doble canal perimetral (rebosadero) ofrece un buen resultado porque permite recoger esta agua y devolverla al circuito.
- Colocar una cubierta para piscinas, ya sea automática (tipo persiana) o manual (manta cobertor) para reducir la evaporación y tener un menor consumo energético. El uso de cubiertas flotantes durante las horas en que no se utiliza una piscina (entre 16 y 18 horas/día durante la temporada de baño) puede suponer disminuir hasta un 70% las pérdidas por evaporación natural. En el caso de piscinas públicas o colectivas, donde el uso de la cubierta se restringe a una media de 9 horas al día, el ahorro puede llegar al 20%. Con el uso de cubiertas también se reduce el consumo energético, especialmente en las piscinas climatizadas. Por una parte, ayudan a mantener la temperatura y reducen las pérdidas de calor por radiación y por evaporación. Por otra parte, al reducir la evaporación, se reduce la necesidad de aportar agua nueva, más fría, y que hay que calentar hasta la temperatura ambiente. El hecho de calentar 1 m3 de agua desde 15 ºC hasta 25 ºC puede suponer un consumo adicional de 12 kW/h.
Como conclusión, este otro artículo publicado en Portalhoy.es recoge las novedades tecnológicas y de equipamiento para afrontar los retos de la sostenibilidad, el ahorro de agua y la creciente factura energética en el sector. Recomendaciones y pequeños o grandes cambios para garantizar el bienestar y seguridad tanto del usuario como del planeta.